miércoles, 8 de agosto de 2012

Un pequeño cuento rojiblanco

Erase una vez, en un pequeño pueblo, un niño que quería ser caballero. El pequeño entrenaba fuertemente todos los días pero en su pequeño pueblo no había ninguna orden de caballería. Un día, unos señores llamaron a la puerta de su casa y le explicaron que venían de una lejana villa y que estaban reclutando a jóvenes para unirse a su orden.
El niño no lo dudó y rapidamente decidió irse a la villa. No fue una decisión fácil, ya que, tenía que dejar atras a su familia y acogerse en la casa de unos desconocidos. Pero el niño quería ser caballero a toda costa y no podía desaprovechar esa oportunidad.
El niño fue aprendiendo en la escuela de caballería, siempre destacaba entre los de su edad siendo uno de los más habiles con la espada y con un físico prodigioso que le permitía llegar más alto que, incluso, algunos de los mismísimos caballeros de la orden. Eso le valió para que, un día, la orden confiará en el y le asignara una misión. No era la más difícil del mundo pero el joven caballero destacó de tal manera que los habitantes de la villa se entusiasmaron con él.
No obstante, lo que parecía que iba a ser un camino fácil hacía la gloria se tornó en pesadilla. El joven perdió la confianza y ya no cargaba con la intensidad de los primeros días. Entonces llegó desde el sur un maestro que le enseñó que no solo se luchaba con el cuerpo, la mente también era importante. Gracias al maestro del sur el joven caballero empezó a destacar en todas las misiones hasta que llegó a ser el más importante de la orden, aún así no era capaz de disfrutarlo al máximo ya que notaba que los habitantes de la villa premiaban mucho más a otros caballeros y las críticas siempre iban a parar a él.
Un día, el comandante de la orden de caballería abandonó la villa y en su lugar vino un antiguo caballero que traía consigo a un excéntrico pero genial maestro. Todos los caballeros de la orden mejoraron sus habilidades y muchas grandes ciudades empezaron a tocar las puertas de la villa pidiendo caballeros para sus ejércitos, siendo el más solicitado el joven caballero, a pesar de no ser el más querido de la villa.
Así llegó el día que tocaba negociar las pagas, el joven caballero no entendía mucho de estos temas y decidió poner en manos de su mecenas las negociaciones. Sin embargo, este señor era ambicioso y exigió una paga desorbitada para el caballero, lo que hizo que el comandante se enfadará. El mecenas quería a toda costa la paga desorbitada por lo que dijo que el joven caballero había decidido marcharse de la villa. Todos los habitantes cargaron contra él, mientras este se preguntaba lo que pasaba y se daba cuenta de que nunca habían reconocido todo lo que había hecho por la villa mientras lideraba los ataques de la orden de caballeros.
Al final tras recibir palos por parte del comandante y los habitantes de la villa el joven caballero cogió la mochila y se marchó, con una lagrima en los ojos, en busca de una nueva aventura.

¿Cuál es la moraleja de este cuento?

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